Prólogo

El proyecto “Eliminación del trabajo infantil y el trabajo forzoso en las cadenas de valor del algodón, textil y la confecciones: un enfoque integrado” fue puesto en marcha conjuntamente por la Unión Europea (UE), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2018, con el fin de luchar contra el trabajo infantil y el trabajo forzoso en los países meta productores de algodón: Burkina Faso, Malí, Pakistán y Perú. El proyecto aplicó un enfoque integrado que combinaba enfoques integrados basados en zonas y en cadenas de suministro, impulsando la cooperación entre los gobiernos y los interlocutores sociales, la industria y las comunidades.
El algodón es uno de los productos más ampliamente cultivados del mundo y uno de los productos agrícolas básicos más importantes. Si queremos esforzarnos por alcanzar la meta Meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas de poner fin al trabajo infantil a más tardar en 2025, y al trabajo forzoso, la esclavitud moderna y la trata de personas para 2030, es fundamental que abordemos estos problemas en la agricultura, incluido el sector del algodón.
Este informe destaca algunos de los principales logros e hitos del proyecto e incluye las lecciones generales aprendidas. Se lograron resultados significativos y, a pesar de los grandes retos, incluida la pandemia de COVID-19, prosiguieron los esfuerzos y se adaptaron las estrategias a la luz de las realidades sobre el terreno.
Además, en cada uno de los países del proyecto se desarrollaron y aplicaron estrategias globales en las que la OIT y la FAO aprovecharon sus respectivos medios de acción para maximizar el alcance y el impacto.
Deseamos encomiar los esfuerzos y logros de los socios y el personal del proyecto en Burkina Faso, Malí, Pakistán y Perú, así como a escala mundial. Una amplia gama de socios, entre los que figuran los ministerios responsables del trabajo, la educación, la agricultura y el desarrollo rural, las organizaciones de empleadores y de trabajadores, la sociedad civil y las propias comunidades afectadas, tienen ahora la capacidad para hacer frente al trabajo infantil y al trabajo forzoso. Reconociendo el carácter interrelacionado de todos los principios y derechos fundamentales en el trabajo, estos actores también se han movilizado en torno a los otros tres principios y derechos fundamentales –la eliminación de la discriminación en el trabajo, el derecho a la libertad sindical y de asociación y a la negociación colectiva, y el derecho a un entorno de trabajo seguro y saludable. Este informe sirve de base para el aprendizaje y las acciones futuras, no sólo en estos países, sino también de inspiración para la actuación en países de todo el mundo.
Juntos, como comunidad mundial, podemos marcar el camino hacia la eliminación del trabajo infantil y el trabajo forzoso. Podemos invertir las tendencias actuales y garantizar que todos los niños, niñas y adolescentes puedan ejercer su derecho a ir a la escuela y a no ser víctimas del trabajo infantil, y que todas las mujeres y hombres puedan acceder a un trabajo decente y tener un futuro seguro.
Philippe Vanhuynegem
Jefe, Subdivisión de Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo
Organización Internacional del Trabajo
Lauren Phillips
Directora Adjunta de Transformación Rural Inclusiva e Igualdad de Género
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación